viernes, junio 29, 2007

John Connolly

John Connolly publica en España una nueva novela de su serie dedicada al investigador Charly ‘Bird’ Parker. Y esto para los amantes del terror y sobre todo, de la buena novela negra actual, es una inmejorable noticia.

Entré en la obra del autor de casualidad, de esa forma callada y visceral que a veces nos mueve a comprar un libro, más por impulso que por publicidad, comentarios o críticas favorables. Leí, nueva novela negra, me gustó el argumento y me lancé.

Desde entonces no he dejado de ir corriendo a la librería a comprar cada nueva obra de este autor: jamás me ha defraudado.

Me gusta la novela negra, casi tanto o más que las creaciones de terror, sobre todo el hard boiled norteamericano, mis enseñas son Chandler, Hammet y Goodis…

Y cuando un amante de estos dos géneros encuentra una obra que los aglutina, mezcla y muestra con acierto, entonces goza con la lectura, y relee, y espera con impaciencia las nuevas publicaciones.

Connolly mezcla terror y novela negra, salpimentando esta última con ligeras pero importantes trazas del primero. El terror sobrenatural es un trasfondo, una melodía en segundo plano sutil y sencilla, pero que define y encarrila buena parte de, si no las historias en sí, sí de la personalidad del personaje principal.

No voy a contarles argumentos, no, eso es algo a lo que ustedes deben arriesgarse. Yo, sinceramente, pienso que es una apuesta segura, un valor en alza. Recuerden John Connolly.

Las obras, en orden de aparición en la Editorial Tusquets, son:

Todo lo que muere

El poder de las tinieblas

Perfil asesino

El camino blanco

Y la última, recién publicada:

El ángel negro


Biografía y enlaces del autor en la editorial

lunes, junio 18, 2007

Publicando

En cualquier escritorzuelo en ciernes, publicar produce momentos de satisfacción, una especie de corriente de orgullo desmedido. Y si encima ve su creación plasmada en papel, esa satisfacción reverdece, muta en una alegría casi desaforada. El papel posee una cualidad especial, una sustancia fantástica que hechiza la realidad de la palabra.

Y esta sucesión de barbaridades, ¿a qué viene? A que de nuevo veo aparecer a un hijo mío, esta vez en el fancine Miasma. Se trata del relato, el mazo… como dicen en su presentación: 'José María Tamparillas que debate sobre la perversión y la obsesión en su relato…'

Espero que puedan hacerse con un número, espero que mi creación, y las de la compañía, les gusten.

miércoles, junio 06, 2007

Básicos del terror: El día de los trífidos, de John Wyndham

Obra hito del fantástico del siglo pasado, icono señalado, El día de los trífidos (1951) es una de esas obras que todo amante del género fantástico, del terror, debe leer en algún momento de su vida.

Que quizá se haya quedado anticuada, que sea una de esas obras en las que el paso del tiempo ha pesado más que en otras, es posible. Sin embargo mantiene u resabio de obra maestra de la imaginación y la especulación, que la hace apetecible y divertida.

La humanidad se tambalea, un misterioso fenómeno celeste deja ciega a casi la totalidad de la población. Aquellos que mantienen ese sentido esencial deben sobrevivir a la consecuente caída de lo que hasta entonces ha sido esa humanidad. para colmo, un resultado monstruoso de la investigación genética: los trífidos, plantas inteligentes y carnívoras, se expanden sobre la faz de la tierra si apenas nadie que les haga frente.

John Wyndham especula, y lo hace a veces con sumo acierto, no ya en la posible certeza de sus tesis, si no en la totalidad de los miedos que asaltan a los 'supervivientes'.

Si uno lee bien el libro, aunque los trífidos parezcan parte esencial de la obra, en realidad podrían haber sido sustituidos por cualquier otro elemento perturbador que añadiera un punto más de tragedia a la ya lamentable situación de los humanos.

Vuelvan a la guerra fría, a la mentalidad catastrofista que recorrió la literatura cuando el mundo estuvo en un tris e saltar por los aires.

Quizá no sea una obra de terror puro, quizá pulse el instinto de miedo de otra forma a la que estamos acostumbrados, pero merece la pena leerla involucrándonos con el protagonista y sus cuitas, sintiendo su angustia, sus dudas…

Una nota divertida es el nada solapado machismo que rezuman algunos fragmentos del libro, les invito a descubrirlos y sorprenderse

Lean, lean... y no olviden regar sus plantas, sin quitarles ojos de encima.

martes, junio 05, 2007

Sin noticias de Dios

Retomo con placer esta bitácora después de un tiempo de silencio. Y lo hago para hablar un poco de eso de la globalización del mestizaje entre estilos.

Ayer, junto a mi mujer, tuve la oportunidad de disfrutar de nuevo con la película Sin noticias de Dios, de Agustín Díaz Yanes. Nos encontramos con la enésima vuelta de tuerca sobre el mito de lucha cielo e infierno, sólo que desde una perspectiva diferente, aunque no original (es poco lo que se puede crear que sea de verdad original a este respecto).

Sin noticias de Dios es una buen película, con una Victoria Abril genial, una Penélope Cruz quizá un tanto sobreactuada y una Fanny Ardant espléndida… ya no hay mujeres así, esa época se terminó; permítanme esta salida de tono, por favor.

Película extraña en el entramado repetitivo del cine español actual, donde, por término general nos encontramos refritos y parodias bufonescas, dramones existenciales de autointrospección aburrida y poco más. Quizá sea excepciones así las que todavía nos encariñan con nuestro cine patrio y no hacen que tiremos la toalla todavía.

Pero a lo que vamos.

Sin noticias de Dios es la demostración de esa infiltración de lo fantástico dentro de las artes que antes, de una forma solapada o directa, habían abjurado de tal como de la peste. De un tiempo a esta parte nos encontramos con una infiltración similar en la literatura, donde, autores, llamémoslos, consagrados se han decidido a explorar nuevos terrenos dentro de la ficción menos realista y más cercana a conceptos anticuados como el de Ciencia Ficción (cuando digo anticuado me refiero a la denominación, no al género), o intemporales como el terror o la fantasía. Quizá sean que se han dado cuenta de que si se toma ese camino se abre uno de los caminos más ricos y llenos de posibilidades que existe dentro del fenómeno artístico.

El problema es el de siempre, aunque el creador se ha involucrado en algo bien definido, sin escape, intenta huir como de la peste de la etiqueta consecuente, renegando de aquello que tan buen resultado le ha proporcionado.