jueves, noviembre 26, 2009

Elegía a un buen y viejo amigo

Podrá haber vampiros adolescentes que reluzcan cual estatuas de Miguel Ángel a la luz del sol. Podrá haber hombres lobo edulcorados que roban el corazón de la chica en sentido figurado y no formal, como debería ser. Hasta, y esto es lo último de lo último, habrá zombies narcotizados por el romanticismo más barroco y desapegado que uno pueda imaginar. La capacidad de nuestra inventiva para retorcer los mitos, para dotarlos de una nueva máscara que solo hace quitarle la ropa a un santo, para ponérselo a otro, es exasperante a veces.

No me considero un purista. Si el giro es creativo, innovador, inquietante, o simplemente está bien hecho y no pretende engañarme, entonces disfruto como el primero. Si no es así, entonces abogo por un apaga y vámonos sembrando cizaña en las mentes adocenadas de los becerros seguidores de las tendencias porque sí.

Por suerte, y digo por suerte, siempre me quedara mi viejo amigo.

Da igual que lo imposturen, da igual que lo satiricen… nada puede con él. Está tan arraigado en nuestro subconsciente que inútiles son las armas de la mordacidad, del infantilismo.
Da igual, cuando surge y reaparece lo hace con la fuerza de la marea que arrastra cualquier dique, con la potencia del trueno cuando retumba y se mete en nuestras tripas.
Hablo del fantasma, del espíritu, de la condensación de nuestra duda con el más allá: duda en cuanto a su existencia y a su cualidad. El fantasma ha recorrido un largo camino, el espíritu del muerto, del no encarnado, llamémosle como queramos, es un viejo amigo de los amantes del terror. Siempre ha estado ahí. A veces protagonista, a veces secundario, sabedor de su capacidad, de su esencia poderosa e inquietante. Él, en cuanto a la creación hablamos, no es un oportunista, es un depredador inexorable. No nace como un monstruo de la sublimación de algunos temores, de la corporeización de inclinaciones, sexuales, violentas, de dominio. No, nace de algo que va más allá. Nace de una duda, de un vacío, del desconocimiento formal de nuestro destino. Nace de lo que no es porque no se conoce, y eso siempre es el más horrible de los abismos al que uno pude asomarse. Y por ello es más inmune al choteo, a la burla y la sátira; por eso suele salir incólume de ellas, y, llegado el momento, hacernos sentir el más terrible de los escalofríos.

miércoles, noviembre 25, 2009

Crónicas desde la gripe J. Calabazas en el trastero: arañas

Lo de gripe J viene a cuento de que no sé si es A, B ó C... solo sé que estos dos días ha sido y es gripe J, con una gran J de jodida.
Pero a lo que íbamos.
Corran, corran de verdad. A Internet, a la librería, al kiosko; sea donde sea que puedan encontrar las antologías de Calabazas en el trastero, corran y cómprenlas: Entierros, Arañas, Poe
¿Y a qué viene este surtidor de euforia? Pues bien, se debe al hallazgo de un tesoro, de una perla valiosa y auténtica. Lo dicho, si ya cualquier aficionado al terror debiera hacerse con los tres números actuales de Calabazas, ya que es casi el único escaparate en el que los nuevos talentos pueden mostrarnos su valía, disposición y creatividad (junto a Sable, Paura y poco más); a ello se suma un valor añadido más: José Miguel Vilar-Bou y su relato "El laberinto de la araña" en la segunda antología dedicada a las arañas.
Toda antología es por definición desigual. Los relatos nos ofrecen un abanico de formas de narrar muy diferentes, tanto en temática, estilo y calidad. La calidad media de Los Calabazas es muy buena, en algunos casos espléndida, en otros arrastra la losa de un tema demasiado cerrado que hace que las historias suenen demasiado iguales, pero el relato de Vilar-Bou destaca sobre todos como un faro en la tiniebla de la costa. Es esta una razón más para lanzarme sobre su Alarido de Dios, nueva novela, en cuanto me sea posible.
Gracias José Miguel, en medio de la tos y el malestar me proporcionaste unas minutos de disfrute.

jueves, noviembre 12, 2009

¿Puedes matar a un niño?

Dentro del tono abiertamente desangelado que le di a la ponencia de la Hispacon, la Mitología del Horror. Hice alusión a un cierto paralelismo entre la figura del niño salvador, del niño conocedor, del niño puro… dentro de la literatura y el cine de terror, y su nexo con al figura del héroe mitológico. Hace poco, los que lo siguen lo sabrán, publiqué ene este blog una breve entrada hablando de la figura de los niños en las creaciones terroríficas. El círculo se ha cerrado esta semana con el visionado de ese clásico llamado ¿Quién puede matar a un niño?

El mundo del terror español le debe un homenaje a Chico Ibáñez Serrador. Su figura prosopopéyica es uno de esos baluartes en los que se escondió, y desde el que luego emergió, con fuerza y éxito, tan denostado género. Su labor en televisión fue encomiable, ofreciéndonos esas joyas que fueron las historias para no dormir. No menor influencia en nuestra generación, tuvieron todas aquellas películas que prologó con su estilo inconfundible, sus escarceos con la literatura… y, entrando en materia, aquellas que nos legó como creador cinematográfico.

De entre todas, emerge con una inquietante capacidad de sobrecoge ¿Quién puede matar a un niño?

Serrador, en realidad Juan José Plans, autor de la obra Juego de niños, en la que se basa el filme, se adelanta al menos en un año a King y sus Chicos del Maíz al crear una atmósfera de paradoja, al recrear un lugar en el que los patrones de conducta de los niños cambian por completo, trasladándose en el eje moral hacia el lado más oscuro y cruel. Abordada desde un punto de vista moral, como ya he dicho, nos pone en medio de una situación que conmueve nuestros principios éticos, y psicológicos más arraigados, aquéllos sobre los que pivota nuestro comportamiento en su esencia instintiva, obligándonos en cierto modo, como a los protagonistas adultos, a actuar en contra de lo natural y establecido cvomo correcto. Es este sin duda uno de los elementos de configuración del horror más efectivos que existe, la subversión del orden de las cosas, el cambio de papeles de lo conocido, sobre todo en términos emocionales y biológicos, esos que se nos dibujan como íntimos, indefectiblemente anclados a nuestros genes.

Un niño haciendo el mal de forma compulsiva e intencionada.

Esta conmoción psicológica, este reordenamiento apresurado de los principios y del comportamiento al que nos vemos obligados a recurrir como espectadores, se ven subrayados por el excelente uso del entorno. No solo la oscuridad y los ambientes cerrados son los únicos marcos adecuados para convocar al miedo. También el sol, el verano, los lugares abiertos, algo tan inocente y agradable como una playa mediterránea, ofrecen una referencia que, bien tratada, matiza y amplifica los efectos perturbadores del argumento terrorífico como tal. Uno llega a aborrecer el sol la luz, sobre todo el exceso de blancura de las casas del pueblo, símbolo extravagante de la pureza retorcida que destilan y esconden en su seno.

Quizá haya envejecido un poco mal, quizá en algunos momentos se abuse de un cierto efectismo (el juego de la piñata de los niños con el cadáver del viejo, la atonía exagerada de los chicos que los deshumaniza aún más si cabe). Aunque otros podamos definir algunas de esas escenas como poderosas imágenes cargadas de intención y osadía. Pero sigue siendo un referente del terror, junto a Los Chicos del Maíz, La Profecía y El Pueblo de los Malditos (de la que quizá en cierto modo beba en algunos momentos, obviamente en la versión inglesa del año 1962, basada en la novela de John Wyndham, The Midwich Cucos, 1957)

lunes, noviembre 09, 2009

Hispacon Huesca 2009

Terminó al Hispacon oscense y uno regresa a casa con un buen sabor de boca.

Par empezar, felicitar a los chicos de Oscafriki. Su trabajo debe quedar como un ejemplo claro de cómo se hacen bien las cosas. Sé que al principio hubo miedo, pero su seriedad y su buen hacer han dado como resultado un evento estupendo donde la gente se ha sentido muy a gusto y creo que el nivel ha sido alto.

También felicitar a toda la gente de Nocte, tanto por su amistad, incidiendo en aquellos que vieron premiado su esfuerzo creativo con varios de los premios Ignotus, y especialmente al amigo Emilio Bueso, que, cosa rara, se quedó sin palabras -de verdad, sin palabras- cuando le fue concedido el Domingo Santos con todo merecimiento. Ves, Emilio, siempre hay que seguir escribiendo, aunque parezca no conducir a ninguna parte... el camino es lo importante, luego el azar y la profesionalidad dan frutos a su manera.

Por mi parte me traigo a casa un sabor muy dulce. Mi primer monólogo del terror, en compañía de David, Roberto, Susana, Juan y Alfredo fue una experiencia gratificante, y por los comentarios, exitosa. Un cierto sabor más agridulce me traigo con mi ponencia, La mitología del horror, ya que me falló la concentración en su arranque, aunque luego todo fue e las mil maravillas, sobre todo las ideas que surgieron en el debate posterior.

Una Hispacon es el marco adecuado para conocer a esa gente a la que solo tratas mediante la electrónica, gente a la que tienes ganas de dar la mano, con la que compartir ideas y cerveza cara a cara. Hablo de Emilio, de Marc, de Ismael, de David, del otro David, Mateo (por fin nos conocimos en persona, tío), de Juan, Óscar, Alfredo, Fermín, Sergio, Miguel y compañía... porque seguro me olvido de muchos debido a mi nefasta memoria para los nombres.

Y una mención especial: un agradecimiento cariñoso a nuestras compañeras, esposas y novias, que estuvieron ahí aguantándonos bajo la lluvia de Huesca: pacientes y comprensivas.

Premio Domingo Santos 2009

Emilio Bueso por "El hombre revenido"

Premios Ignotus 2009

Mejor Novela: Día de Perros, de David Jasso - Ed. Hegemón

Mejor Novela corta: Cuarenta siglos os contemplan, de Sergio Mars - Grupo AJEC

Mejor Cuento: Lluvia sangrienta, de Roberto Malo - Mira Editores

Mejor Antología: Bebés jugando con cuchillos, de Santiago Eximeno - Grupo AJEC

Mejor Libro de ensayo: Del folletín al bolsilibro: 50 años de la novela popular española (1900-1950), de Fdo. Eguidazu - Silente

Mejor Artículo: Los dioses astronautas en la ciencia ficción, de Mario Moreno Cortina - BEM On Line

Mejor Ilustración: Día de Perros, de Cuca Baquero - Ed. Hegemón

Mejor Producción Audiovisual: Los Cronocrímenes, de Nacho Vigalondo (cine)

Mejor Tebeo: La legión del espacio, de Alfredo Álamo y Fedde Carroza

Mejor Obra poética: Las increíbles suburbanas aventuras de la Brigada Poética, de Alberto García-Teresa - Umbrales.

Mejor Revista: Hélica, de la Asoc. Cultural Xatafi

Mejor Novela Extranjera: El sindicato de policía Yiddish, de Michael Chabon - Mondadori

Mejor Cuento extranjero: El índice, de J.G. Ballard - Berenice

Mejor Sitio Web: BEM On Line - Grupo Interface

miércoles, noviembre 04, 2009

Truco o trato

Uno no comprende qué mueve el mercado de los estrenos cinematográficos. ¿Por que auténticos bodrios, que apenas tienen espectadores, y no me refiero a sesuuudas disquisiciones pseudointelectualoides con ínfulas de arte intemporal, sino a esas otras creaciones casposas y somníferas, pueden aparecer en la gran pantalla, y otras, como la película a la que me refiero van directas al estreno en DVD?
Incomprensible.
Pero la vida es así, Lázaro: injusta, dura.
Hay que ver 'Truco o trato', hay que verla en cuanto se pueda, cómprenla, alquílenla, si pasan de la ley y el orden, bajo su responsabilidad, descárguenla.
Quizá no sea una obra maestra, no, no tiene porqué serlo. Pero es una de esas sorpresas que nos reconcilian con el género. Es difícil ser original en los tiempos que corren, pero este filme lo consigue.
Diferentes historias entrelazadas entre sí, todas ambientadas en un mismo lugar, en un mismo tiempo, una escalofriante y divertida noche de Halloween. Una ciudad tipo, un barrio tipo, una fiesta tipo... en la que las cosas más increíbles pueden llegar a suceder. Cada personaje posee su alma, diferenciada, su carga simbólica e importancia. No sobra nada, ni una escena, ni un efecto, de los cuales, por cierto, apenas se abusa... Algo de agradecer en los tiempos que corren. La bases, bien firmes, son, por un lado la originalidad , y por otro la propiala narración, las distintas historias que se nos cuentan, que se alejan y entrelazan, que se interfieren o se hacen paralelas entre sí en armonía, con una precisión total, sin material sobrante, sin excesos.
Quizá en ella se huele el viejo y amable aroma del cine de los ochenta, del buen cine de la década prodigiosa, donde la calidad y el entretenimiento se conjugaban de forma armónica.

En aullidos
En almas oscuras