jueves, abril 15, 2010

La mala mujer, de Marc Pastor

¿Qué aspecto puede adoptar el mal? ¿De qué forma el común de la gente lo dota de una esencia que lo lleva más allá de su innegable humanidad?
Porque hay crímenes: criminales que por sus actos, su idiosincrasia, por la época convulsa en la que les tocó vivir, dejan de ser simples criminales y se convierten en algo más. Es como si lo sobrenatural los abrazara y adoptara; como si su simple y cruel humanidad pervertida mutara y fuera más allá, impulsada por el sustrato más irracional de la mente humana. La simple crueldad, la simple deshumanización se mitifica en contacto con las supercherías de la superstición fuertemente arraigadas en las mentes
Enriqueta Martí, mas y mejor conocida como "La vampiro de la calle de Ponent" juega en España, en Barcelona, en concreto, el papel de icono monstruoso que hace que la crónica negra mute en crónica de lo sobrenatural, de lo sobrenatural, entiéndaseme, como una desviación primordial de nuestro cerebro ante actos y situaciones que superan su natural entendimiento, su capacidad de juicio, su capacidad de comprensión.
Lo sobrenatural es real en cuanto no existe como tal en lo exterior, sino en la interpretación y en la interiorización que le damos a ciertos hechos en nuestra mente.
Aconsejable el libro de Marc Pastor, por el acercamiento al contexto histórico de una España convulsa y caótica, completamente hundida en el lodazal. Aconsejable por algunos de sus personajes, como ese inolvidable Inspector Corvo o ese narrador ominisciente... nunca una elección tan ajustada para alguien con esa capacidad. Aconsejable porque en él se auna la esencia de la buena novela negra con ciertos de los aspectos definitorios de la creación terrorífica y de lo fantástico.